viernes, diciembre 29, 2006

martes, diciembre 26, 2006

Navidad, a secas.

¿Feliz Navidad? No, nada más lejos de la realidad. Cambio de escenario y cambio de menú para una cena de Nochebuena con cambio en los comensales.

Como mirar atrás y ver que todo fue ayer y no hace meses. Como seguir preguntándote lo mismo desde aquel día. Como saber que el 31 de mayo ya no existe en tu calendario. Como sentir un vacío horrible en una mesa llena. No hubo hueco pero sí lo hubo.

Tratando de sonreír, de bromear, de evitar que los demás piensen. Tratando de manipular. Tratando de evadirte del recuerdo y evitando recordar la primera Navidad sin papá.

Mi sobrina dijo una vez que su abuelo estará en una nube grande, y de noche que no se ven las nubes se cambia a una estrella. ¿Estaba allí? ¿Nos vió? ¿Y sonrió? ¿Estaba jugando al ajedrez con mi tío?

No es el dolor de unas Navidades vacías, es el dolor de sus Navidades sin él.

viernes, diciembre 15, 2006

Esa capital del Turia... (y 2)

¿Por dónde iba...? Ah! Sí... ¡en La Ruta de los Elefantes! Ya saben, ese sitio donde matan a la gente y que ni el mísmiso Wes Craven se hubiera atrevido a pisar...

Salimos de allí sanos y salvos y de nuevo a echar millas. Ellas con sus tacones y sus escotes, y uno tan humildemente arreglado como buenamente sabe... Entramos en Valencia. Aunque nuestras aventuras son siempre sorprendentes, a veces nos dejamos llevar por las evidencias y, en este caso, lo evidente era... ¡perdernos! Estábamos en un barrio regular, al ladito de las vías del tren y decidimos llamar para que vinieran a buscarnos.

Aparcamos y salimos a fumar. "¿La gente nos mira raro?" -sostiene la morena- "¡Coño, miranos! ¡Deben pensar que hay putas en el barrio!" -la ruba dixit (¿quién si no?) Ya son las 14:00 y, por supuesto, llegábamos tarde...

Comida pija en sitio pijo. Los tres encantados de la vida. Zona: Mercado de Colón. No preguntéis que no tengo ni idea de lo que es, es que lo leí en la tarjeta del restaurante...

Cerveza va y vino viene... Comemos y llega el postre. Era lógico que de un momento comenzaran a hablar de negocios. El postre fue ese momento, pero también fue el momento para que la rubia se mareara, le entraran sofocos y me pidiera que la sacara a la calle. Yo me levanto para acompañarla y, con la cara descompuesta y las venas marcadas gruñe: "¡Pero coge el bolso y las chaquetas pavo!" Yo alucinando. Pido excusas por la situación y me la llevo a la calle:

- ¿Estás mejor?

- ¿Quién? ¿Yo?

- No... ¿Quién si no?

- ¡Ah! ¿Lo del mareo? ¡Claro! ¿Dónde está El Corte Inglés en este pueblo?

Yo ya creía que me moría...

- Pero... ¿Qué hacemos con la morena?

- ¡Coño, es verdad! Que se me olvidaba...

Ella, digna, saca su móvil y comienza a escribir:

"Chica, que nos vamos al Corte Inglés para que me de el aire. Te debo una. Diles que estoy fatal pero que no se preocupen. Pasalo bien nena."

Lo demás es sabido. Escalera arriba y abajo paseando entre abrigos, perfumes y maquillajes...

Seguiremos informando...

lunes, diciembre 04, 2006

Esa capital del Turia...

¡Pero qué bien lo paso con las Grecas, madre! Sin duda, hasta un día de trabajo resulta toda una aventura... Ahora fue el turno de Valencia.

Intenso madrugón. Uno estaba despierto cuando aún no habían asfaltado las calles. Aún me duele al recordar ese fatídico momento... Pero bueno, logré abrir los ojos y subirme al coche a las 7:30 para llegar con tiempo a la reunión de las 8:30 en Alicante. Iluso fui. ¿Dije 'con tiempo'? Llegué a las 8'45 después de tragarme más de 30 minutos parado en la autovía. ¿Es que la gnete no sabía que yo tenía prisa? Malditos sean... Ya estaba de mal humor, y de peor me puse cuando llegué a la reunión y descubrí que este mes había viajes a Valencia y Albacete... y ya se los habían adjudicado los mismos. Que uno hace más viajes que un tonto, eso está claro. Que los demás se escaquean más de lo que quieren, sin duda. Pero lo irrefutable es que me toca las pelotas que cuando hay una suma sustancial de dinero por kilometraje, todos tienen el coche a punto en la puerta... Pero llegué tarde y tuve que callarme...

Vuelta a casa a las 9:45. Otra ducha rápida. Estaba nervioso y la necesitaba. En 30 minutos me recogían las torrevejenses para ir a una comida 'informal' en Valencia. Una conducía y la otra no habló en 100 km esperando que paráramos para un cafe y doce cigarros... Maldita tu también seas Chavela Vargas!

Por suprema instancia y urgente necesidad (que malos humos tenemos rubia...) paramos en algún lugar perdido de la mano de Dios. Había unos ocho coches aparcados en la puerta y otros tantos camiones, pero la cafetería estaba desierta. La Sueca, que no piensa pero se esfuerza, encontró la respuesta: "aquél era un sitio de esos donde matan a la gente". Eran las 12:00 y uno ya no podía más...

Seguiremos informando...