lunes, noviembre 27, 2006

No lo vuelvas a hacer...



No vuelvas a abrazarme, a besarme, para dejarme volar después habiendo conocido tus abrazos, tus besos. No vuelvas a mirarme con los ojos cerrados. No vuelvas a hacerme sentir por última vez.

No vuelvas a enseñarme el rojo, el azul y el amarillo. No vuelvas a dejarme vivir en los marrones o en los negros. No me des lecciones ni sensaciones. No lo vuelvas a hacer. No quiero aprenderlas.

Sólo quiero que te sientes conmigo, como ese día, rodeados de verdes y con las manos nerviosas. Quiero que me cuentes lo que sientes, lo que piensas y que me digas lo que nunca dices. Quiero volver a agradecerte tanto.

Ya me enseñaste que mis ojos no sólo saben mirar hacia delante. Me enseñaste que me estaba perdiendo la vida que pasaba a mi lado. Me enseñaste demasiado.

Demasiado fue enseñarme que no curaste mis heridas, mi sonrisa. Demasiado fue hacerme entender que sólo yo decido cuando se cierran las viejas batallas. Demasiado fue ver que sólo yo siento y sólo yo sufro, y que sólo yo acabo con el dolor. Demasiado fue lo que me diste.

lunes, noviembre 20, 2006

Horas de grises



Sigo aún perdido en los grises. Sigo tratando de encontrar la solución a la felicidad de horas. ¿Fueron días? Pasaron sin olerlos. Pasaron los minutos en lo que no tocaba el suelo. Pasaron los momentos en los que las heridas ya no dolían. ¿Ahora duelen? Mucho menos, sin duda.


Ya no sé si te conocí ayer o hace años. No sé si eres quien creo o quien quiero creer. Pero eres. Y ahora no estás. Pero cierro los ojos y vuelvo a perderme en tus grises.

Me duele no tener más que darte. Me duele sentirme culpable por remontar sonrisas tan rápido. Pero una vez más la vida me enseña que no soy yo quien decide. Poco a poco vuelven a mí las caricias que un día perdí. Vuelven para que pueda regalarlas de nuevo.

Días horizontales de astros y caricias, batallas y sonrisas no tan partidas. No busqué refugio ni hospitales, sanatorios para mi alma, pero hay miradas que curan. El cariño es más poderoso que el dolor. Con suaves movimientos me venciste y hoy mis heridas ya no son las que fueron.

Gracias por la paciencia, las atenciones, los abrazos y las comprensiones. Gracias por mirarme como nadie, por hacerme diferente. Gracias.

miércoles, noviembre 15, 2006

Silencio!

No, no, ustedes hablen. Quien ahora no tiene nada que decir es un servidor. Prefiero guardar silencio. Rompieron mi sonrisa y me recupero de las heridas. Prefiero guardar silencio para que no queden marcas, cicatrices. Prefiero guardar silencio para sonreir más que antes si cabe cuando llegue el momento. Y cuando llegue quien me haga sonreir.

Mientras tanto, ustedes hablen. Yo les escucho. Prometo hacerlo. Pero han de respetar mi silencio. Han de respetar mi silencio porque mi silencio soy yo. Ahora es una opción y prefiero mantenerme callado. Pero... ¿qué pasará si alguien me hace sonreir mientras sigan abiertas las heridas? Toda posibilidad debe ser contemplada, sin duda, pero quizás ésta sea la menos factible.

Pero... ¿Y si llega? Si llega, entonces sonreiré con el corazón, dejando mis labios inmóviles. Sonreiré con el alma para saber si esa persona fue capaz de verme sonreir así. Si lo fue, habrá llegado. En caso contrario, dejaré mi sonrisa rota.

Ustedes hablen. Háblenme. Les escucho.

lunes, noviembre 13, 2006

Juraría que es un hipopótamo...

Pues parece que ya tenemos cancioncita para el invierno, o al menos para las próximas semanas. Despues del maldito sapo aquel de hace meses, que trunfó sobre todo en el amplio mundo de los polifónicos, llega ahora algo que parece ser una perra (suena raro, lo sé, llamésmole entonces... ¿canina?) Pues eso. Que viene Holly Dolly con su Dolly Song, al parecer en polaco, pero que apostaría la vida a que ni el más viejo del lugar consigue entender...

Bueno, pues aquí la colgamos (y no en sentido literal) porque parece que empieza a gustarnos... ¿Nos gusta?

jueves, noviembre 09, 2006

Ya no llores

No llores pequeña. Tus lágrimas resbalarán, sólo resbalarán por tu cara. No tendrán dirección ni sentido. Y mucho menos razón. No llores.

Aquí me tienes. No me pidas consejo. No te lo daré. No lo haré porque no sé dirigir mi vida, no voy a estropear la tuya. Y no lo haré porque siempre pensé que no caben consejos en el alma. Sólo puedo lograr que por fin sepas que me tienes, que me tienes aquí. Pero no llores.

Cuando el corazón empieza a hervir, has de conseguir esa sangre fría para estabilizar las temperaturas. Y los temperamentos. Has de lograr blanquear la mente y pensar. Pero pensar en tí. Dime, ¿realmente merece la pena lo que está pasando? ¿Realmente fueron sonrisas?

Ya pasaron dos días increíbles, al menos para mí, y el mazazo de la realidad vuelve a golpearnos. Nos demuestra que lo que dejamos entonces, sigue aún aquí. Y urge la solución. Ahora, rubia, sonríeme como entonces y dime que todo va bien. Dime que no rodaron lágrimas ni cabezas. Dime que pronto viajaremos, pero no será aquello una huida. Dime que volveremos a reír juntos, y que seguiremos riendo a la vuelta. Háblame de la felicidad.

Pero no llores. Porque yo también sufro. No llores y, si ya resulta inevitable, lloraré contigo. Ánimo rubia. Yo sé lo que vales. Yo sé lo que te quiero.

miércoles, noviembre 08, 2006

Para el Paciente Impaciente

Querido fan:

Agradezco tus palabras infinitamente. Sé que ya os contáis por cientos los asiduos a mis llanteras, risas y demás expresiones anímicas... Hablame y concretamos eso de crear un Club de Fans Oficial o algo así...

En serio amigo/a, todos sentimos y padecemos, lloramos y superamos. Sé que tú también lo haces. ¿Podemos sentir juntos? Me sorprendió mucho tu comentario, y espero seguir recibiendolos. Un abrazo!

A los demás asiduos, sabéis que os quiero y que este también es vuestro hueco. Un beso a todos!

martes, noviembre 07, 2006

Madrid, Madrid, Madrid... ( II, sábado)


El sábado amaneció como acabó el viernes: lloviendo. Día triste. Pero más tristes eran nuestras caras, la verdad. La rubia no tenía ojeras, aquello eran yacimientos arqueológicos... Y la morena, en fin, pudimos escribir perfectamente SUPERMERCADOS EL CORTE INGLÉS en sus bolsas oculares... Yo no, yo estaba estupendo! (Que coño! Yo era el peor, lo asumo...) Así que decidimos darnos una ducha en ese baño tan...¿íntimo? ¿privado? (nota del autor: para el que no lo sepa, los que diseñaron el hotel moderno se olvidaron de poner puertas a los aseos...)


Éste era el escenario en el que surgió el amor del viaje: la cafetería del hotel...

Algo más recuperados, aunque con signos evidentes de fatiga hepática, bajamos a desayunar con Davids, que nos empachó con unas galletitas muy buenas de... ¡2 mm de grosor! La rubia se lo dejó claro: "Davids, quiero galletas no papel de fumar!" El pobre ya no sabía donde meterse, y eso que no había hecho más que empezar...




Empezó el día, y tras las clases de calientamiento vocal de la magistral Edith Salazar, salimos en busca de alimentos. Ahora, con los estómagos repuestos sólo había una posiblidad: COMPRAS. Maldita la hora en que la Rubia divisó ese chochillo de leopardo para su largo y esbelto cuello... Horrendous! Seguimos derrientiendo el plástico para, a media tarde, desistir del Museo Chicote y sucumbir a los encantos de una buena siesta antes de la noche...Vuelta al hotel. Eso sí, con una caja de 12 del Dunkin' Donuts! Ron y rosquillas. Como Homer pero en pijos...


Mucho diseño, pero yo ya no sabía si estaba en un hotel pijo o en el Salón del Tunning de Valencia...

Son las 22:00, el mejor reloj: nuestras caras. Agotados. Pero decididos a volver a darlo todo como la noche anterior. Madrid nos necesitaba y no podíamos fallarle. Un taxi. Con su taxista, claro. Y todo para bajar de Colón a Cibeles.... Aún así, no sé si porque el hombre se lo pasó en grande con las 4 copas que me había metido o porque nos vió cara de pardillos, pero intentó en vano darnos un pequeño rodeo (vamos, que le faltó llevarnos por Huesca y Álava...) pero le paré los pies. Porque aunque no haya vivido en Madrid (los madrileños se lo han perdido) sus calles me han visto vagabundear en infinidad de ocasiones... Al caso, que el chófer (lo de taxista queda horrible) iba descojonadito vivo, lo que me hizo preguntarme quién de los dos había bebido más... Sacamos los culitos (sí coño, en diminutivo!) del transporte público y vamos al encuentro de Álex. Era de esperar que se pasara los primeros 15 minutos preguntando si realmente iba 'mono', pero sólo fueron 13, una vez más me equivoco...

Vino va y vino viene. Los de las mesas colindantes estaban más pendientes de nuestra conversación que de las suyas (vamos, que les faltó pegar las mesas...) Otra vez montamos el espectáculo....


Copas, copas, y copas... Y HASTA AQUí PUEDO LEER! (Maldito secreto de sumario...)

lunes, noviembre 06, 2006

Madrid, Madrid, Madrid... ( I , viernes)

Aún aumiendo el golpe del regreso a la realidad después de un fin de semana casi utópico. Pero empecemos por el principio...
Ésta es la fachada del hotel, lo más IN porque las luces cambiaban de color!!
Un viaje de ida maravilloso de aproximadamente... ¿7 horas? Sigo pensando que hubieramos tardado menos andando... Entre la lluvia y la morena (para la que ir a más de 100 km/h era arriesgar demasiado) mi rubia no sacaba todo el potencial de su coche nuevo. Tuvimos tiempo hasta para grabar politonos, que serán enviado a Movilisto en breve para su comercialización... Ahora empiezo a pensar que si no hubiésemos parado 16 veces, quizás hubiéramos tardado menos... Pero la rubia tuvo que hacer ese alto en el camino para comprar (el precio es lo de menos) unas fabulosas ¡zapatillas de borrego! en un área de servicio con un profundo olor a queso manchego... Reír para olvidar.


Por fin llegamos (a mi pesar, porque el viaje fue increíble) y aún estaba lo mejor por venir. Un hotel chulísimo de hiperdiseño, ultramoderno y superfabuloso (lamento los hiper-, ultra- y super- pero Miralas, supermonas ellas! Ahora que lo pienso, no se cual de las dos es la Rubia de verdad... Si es que parecen HERMANAS!!!son absolutamente necesarios...) Sesión de ducha reconfortante con chorritos de masaje y puesta a punto para salir a cenar. Gula Gula nos esperaba, y un Madrid empapado también. La comida no era para tirar cohetes pero el espectáculo mereció la pena. Pero cuando hablo de espectáculo, no me refiero al de las drag queens, sino al de mi rubia y su tardía comprensión...Tremendo! Tanto fue que la suntuosa Xana (que bien podía haber sustituído a Paco León en Homo Zapping...) acabo sentada en nuestra mesa, contándonos su vida después de invitarnos a ¡¡SIETE CHUPITOS!!



Después alimentar panchas, vienen las copas y los bailes. Y HASTA AQUÍ PUEDO LEER...



miércoles, noviembre 01, 2006

Flores

Hoy te llevé flores. Hoy volví y te llevé flores. Allí seguías, envuelto en mármol. Caras que van y vienen, pero tú no te mueves. Allí sigues. Cada día que fui a verte, entré con la esperanza, o la plena estupidez, de ver otro nombre en tu hueco. Nunca sucedió.

Hoy parecía primavera. Miles de flores. Miles de formas y miles de colores. Ahora dime, ¿llegará un tiempo en que sólo te recuerde los primeros de noviembre? ¿Esas caras recuerdan a los suyos tanto como pesas tú en mí? Aún no sé si te has ido porque sigues aquí, y allí.

Sigo necesitándote, extrañándote. Sigo sin entender bien qué ha pasado, qué pasó. Sigo sin saber que no estás, porque sí estás. Sigo preguntándome.

A veces me resulto lo bastante inútil para resolver cientos de pequeños asuntos. Ahora sé que eras tú quien los solucionaba. Eras tú.

Eras quien me apoyó cuando decidí mi futuro, cuando di malos pasos. Eras tú quien me levantaba después de cada caída y, con una palmadita, me empujaba de nuevo para tomar impulso. ¿De dónde saco ahora esa fuerza para levantarme? Me he caído tantas veces desde que te fuiste, que no sé cómo sigo vivo. ¿Sigues impulsándome?

No sé si estás aquí o allí, pero yo te siento aún, te siento cerca. No te vayas todavía.