martes, octubre 24, 2006

Sobrevivir



Ya hablamos. ¿Lloraste? No me dí cuenta. Aún sigo con el nudo. Ambos sabemos que esto es lo mejor que podemos hacer. Miento. Creo que no es lo mejor, pero al menos lo más correcto. Déjame tenerte cerca, a mi lado, aunque no sea en mi cama. Algo se me está escapando, se me está yendo de las manos.

¿Por qué me haces sentir tan perdido? Lo que ahora te quiero no acabará mañana. Debes tener esa seguridad. Pero has de saber que irá mutando hacia otro sentimiento. Yo ahora me dejo hacer. De ti depende que salga bien. No acostumbro a dar segundas oportunidades porque la vida nunca me las dió a mí. Quizás sea el momento de hacerlo. Pero perdona. Perdona y olvida. Yo lo hago.

Y confía en mí. No trates de protegerme de tus problemas, porque quiero que sean los míos.

Los días seguirán pasando. Y las noches con ellos. Intentaré cerrar los ojos. Pero estoy demasiado herido para descansar. Siento que no despertaré porque me desangro. Cúrame tu, sé que sabes sanar.

Si no eres capaz, confío en que la herida se cure sola. Cicatrizará. Y espero bajar la Rambla, aunque no sea contigo, pero sí a tu lado. Eres demasiado importante como para perderte para siempre. Aún tienes mucho que enseñarme. Sólo si tu quieres.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Puerta!
Pero yaaaa!!

Anónimo dijo...

Hola Rober.. puedo oler hasta tu sangre cuando escribes...
tengo que inventar un nuevo lenguaje para que veas que se siente cuando se te lee.... ¿como sino te podria decir entonces "la otra" cuanto te quiere??