No, no, ustedes hablen. Quien ahora no tiene nada que decir es un servidor. Prefiero guardar silencio. Rompieron mi sonrisa y me recupero de las heridas. Prefiero guardar silencio para que no queden marcas, cicatrices. Prefiero guardar silencio para sonreir más que antes si cabe cuando llegue el momento. Y cuando llegue quien me haga sonreir.
Mientras tanto, ustedes hablen. Yo les escucho. Prometo hacerlo. Pero han de respetar mi silencio. Han de respetar mi silencio porque mi silencio soy yo. Ahora es una opción y prefiero mantenerme callado. Pero... ¿qué pasará si alguien me hace sonreir mientras sigan abiertas las heridas? Toda posibilidad debe ser contemplada, sin duda, pero quizás ésta sea la menos factible.
Pero... ¿Y si llega? Si llega, entonces sonreiré con el corazón, dejando mis labios inmóviles. Sonreiré con el alma para saber si esa persona fue capaz de verme sonreir así. Si lo fue, habrá llegado. En caso contrario, dejaré mi sonrisa rota.
Ustedes hablen. Háblenme. Les escucho.
1 comentario:
Veo que nadie rompe aquello que hace que mantengas los labios inmóviles, "silencio"….... a veces bonito y a veces incierto.
En ocasiones callamos cuando no debemos, y otras hablamos cuando no tenemos que hacerlo, así somos….”complejos”.
Un saludo.
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