
Pero más geniales son Manel y Rosa, los dueños. Son absolutamente encantadores y tremendamente comprensivos. ¡Santa paciencia! Eso sí, que no nos echen mucho de menos porque el verano que viene nos tienen allí de vuelta.
Y del hostal Parellades (recalco la idea: ES ALTAMENTE RECOMENDABLE) salieron también Jorge y Juan Carlos, de Zaragoza y Logroño respectivamente. Jorge es pura sencillez, humildad, y Juan Carlos (amén de un episodio de prohibida reproducción textual, jejeje!) es todo corazón. De ambos nos trajimos más que unos teléfonos y varias fotos. Un saludo también a José y Jesús, amigos del riojano.
En fin, creo que esa gente merece un post individual, y seguro que lo tendrán...

En fin, creo que esa gente merece un post individual, y seguro que lo tendrán...
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